“Si estás interesada en un caballero y quieres darte una idea de cómo te tratará a ti y a tus futuras hijas, observa con ojos críticos y sin miramientos cómo trata tu futuro esposo a su madre.”

¿Recuerdas cuando estas frases te las repitió tu madre una y otra y otra vez? Si la analizas bien, te darás cuenta que estaba en todo lo correcto. Fuiste advertida. Lo viste con tus propios ojos y lo viviste en carne propia.

Uno de nuestros mayores deseos cuando éramos pequeñas era un príncipe azul. Sin embargo, dudamos mucho que en ese entonces, supiéramos realmente qué esperábamos de ese príncipe, ese hombre ideal que vendría a rescatarnos de nuestras desgracias y seríamos felices por siempre.

“Cuando era niña solía leer cuentos de hadas. En los cuentos de hadas, conoces al Príncipe Azul y él es todo lo que siempre quisiste. En los cuentos de hadas, el chico malo es muy fácil de detectar. El malo siempre lleva una capa negra para que siempre sepas quién es. Luego creces y te das cuenta de que el Príncipe Azul no es tan fácil de encontrar como pensabas. Te das cuenta de que el chico malo no lleva una capa negra y que no es fácil de detectar; es muy divertido, te hace reír y tiene el cabello perfecto “.

-Taylor Swift.

Afortunadamente. Ese concepto con el paso de los años ha cambiado. Ya no esperamos un príncipe azul. Ya no esperamos que un tercero nos salve. Ya hemos aprendido lo que es tener un corazón roto. Después de una larga y exhaustiva búsqueda, ya sabemos qué queremos (por lo menos ya sabemos qué NO queremos). Ya no queremos un Príncipe Azul. No queremos un hombre perfecto. Queremos un hombre que nos dé paz en todos los sentidos.

Pasamos a la siguiente fase, repetirnos hasta el cansancio el siguiente mantra: Elegir un buen hombre que me cuide, me respete y procure mi bien.

Pero, ¿es así de sencillo? , ¿solo basta repetirnos ese mantra?, ¿tener claro que nos merecemos lo mejor? Sabemos que no es sencillo (de verdad, ojalá fuera igual de fácil que hacer enchiladas), pero sabemos que no es el caso. Y justo por eso deseamos darte una guía, un manual que te oriente sobre las características que debe tener un buen esposo.

Ahí te van:

1. FIEL Y  CON COMPROMISO

Esta característica es una de las más importantes. De cierto modo podríamos decir que es la base de la relación, si no existe compromiso ni fidelidad, la estructura de la pareja no es la indicada.

2. RESPETUOSO

Un buen esposo debe respetar tu libertad, espacio, emociones, sentimientos, tu cuerpo, tu tiempo, tus decisiones, entre muchas otras cosas. Esto es algo que debe perdurar y se debe procurar en todo su matrimonio.

3. ES JUSTO

Por lo tanto, es ecuánime, equitativo, imparcial y razonable en todo momento.

4. SABE PEDIR PERDÓN

Se disculpa cuando cometió un error. No le interesa ser el “ganador” en toda situación. Se sabe humano y sabe que comete errores.

5. ES VALIENTE Y BRINDA SEGURIDAD

Es fuerte. Afronta cualquier porvenir con valentía. No se deja vencer. Brinda seguridad a su esposa y su familia. Se protege a sí mismo y a sus seres queridos.

6. TE DA PAZ

Un sentimiento indescriptible, pero que en pocas palabras es una de las cualidades que más agradecemos de una persona: que nos dé y nos haga sentir paz con su presencia y sus acciones.

7. ES HONESTO

Sabe expresar cómo se siente sobre distintas situaciones. Se rige por la verdad. Procura que el canal de comunicación entre ambos se rija siempre por la honestidad.

8. ES PACIENTE Y TOLERANTE

Sabe “gobernarse”. No te pierdas por nada del mundo los 5 motivos para creer en las relaciones a distancia.

9. CONFÍA EN TI CIEGAMENTE

Es increíble llegar a este punto con tu pareja. Que tu pareja confíe en ti y lo tengas claro, es algo que nunca se podrá agradecer lo suficiente.

10. ES ÉL MISMO

Lo amas a su manera. Amas lo bueno, lo malo y lo “peor”. Porque la combinación de todo esto es su esencia. Y no deseas cambiarlo. Él a su manera es increíble. Es la persona que más amas. Cada detalle de él, te hace amarlo cada vez, más. ¿Estás lista? Esto es lo que pasará en el primer año de casados.